El ser humano se compone de tres cuerpos: el físico, el sutil o astral y el causal o kármico. Cada cuerpo es un campo energético de diferentes densidades que vibran en frecuencias diferentes.
El cuerpo físico: Es el más grande o más denso de los tres, y está conectado con el mundo físico. Se compone de cinco órganos sensoriales, cinco órganos de acción y por los cinco elementos.
El cuerpo sutil o astral: Es una plantilla energética del cuerpo físico que refleja su forma en el campo del reino sutil. Se compone de los mismo que el físico. No obstante, estos componentes son menos densos y no se consideran sólidos. El sutil es tan real como cualquier otra cosa del mundo físico, simplemente vibra a una frecuencia mucho mayor y está mas allá de la percepción de nuestros sentidos físicos ordinarios. También funciona en el cuerpo sutil la energía kundalini. La energía kundalini es la fuerza que activa los chakras y los hace funcionar a un nivel superior,alterando la percepción y la experiencia.
El cuerpo causal o kármico: Es la vibración más sutil dentro de la creación del ser humano. También es la parte más amplia de nuestra naturaleza. A diferencia del cuerpo sutil, no es un modelo energético del físico, sino más bien como una semilla de energía que hace brotar al sutil y físico a medida que germina. En este sentido, no es un cuerpo sino una energía primaria.
Es a través del cuerpo causal que conocemos a Dios.
Es a través de este que experimentamos nuestra conexión mas profunda con lo que es más grande que nuestro ser separado. Lo que llamamos alma, espíritu, o atman es simplemente la conciencia misma que reside en el cuerpo. Es posible experimentar este aspecto de nosotros mismos, lo que usualmente ocurre en momentos fugaces de gran quietud o inspiración profunda. No es un proceso intelectual, si no un profundo conocimiento que no se puede expresar en palabras.
Extraído del libro de “Principios de la Medicina Ayurveda” del Dr. Marc Halpern, Fundador y Director de la Escuela de Ayurveda de California