Una cosa a la vez
Que los “bichos” buenos se mezclen

Comer con las manos permite que los miles de microbios en los alimentos se familiaricen con los miles de microbios que tenemos en los dedos. Nuestras manos sienten el mundo que nos rodea, incluyendo los microbios que se encuentran en la mayoría de todo lo que tocamos. La comida lleva los microbios del suelo, la cocina y de todos los que la tocaron desde los productores a los expedidores, gerentes, cocineros y ayudantes de cocina.
Todos estos microbios son los ojos evolutivos para el cambio al ser ingeridos. Gracias a los microbios que entran, los intestinos pueden adaptarse a los cambios constantes de un mundo que no pueden ver.
Con base en un intercambio de microbios constante y su tasa de reproducción de hasta un millón de veces en ocho horas, los microbios tienen una ventaja increíble para hacer los cambios genéticos necesarios para sobrevivir al mundo moderno.
Ya que el 99% del ADN humano es microbiano, debemos amar estos buenos bichos.
Hoy en día muchos investigadores creen que la guerra contra los malos microbios con antibióticos, desinfectante y otras prácticas de esterilización, puede estar comprometiendo nuestra inmunidad, matando también a los microbios buenos.
Por eso antes de coger el tenedor, piense en la fiesta que tendrían los buenos microbios en su intestino si deja que sus manos llevan la comida la boca.