Los cinco elementos naturales en Ayurveda

Los rishis comprendieron que todo cuanto hay en el planeta está compuesto por la combinación de cinco elementos en Ayurveda: tierra, agua, fuego, aire y éter. Los cinco elementos establecen la base de la teoría ayurvédica y además de ser los pilares de la creación, cada uno de ellos guarda relación con los sentidos, órganos y sistemas de nuestro organismo. Revisemos sus cualidades y cómo se vinculan con el equilibrio de nuestra salud.

Hace mas de cinco mil años, los antiguos rishis, los primeros sabios de la India, fueron quienes a través de la meditación y la expansión de su conciencia, lograron descifrar y canalizar  importantes leyes naturales que gobiernan la salud humana. De esta verdad transmitida nace la medicina Ayurveda.

cinco elementos

 

A continuación los cinco cinco elementos desde la medicina Ayurveda:

Tierra (prithvi): Representa la idea de solidez y estabilidad. En el cuerpo humano, la tierra está relacionada con los huesos, cartílagos, uñas, músculos, tendones y piel. Se la asocia con el sentido del olfato, la nariz y el ano. De ahí que, cuando hay deficiencia de tierra en el organismo, el olfato pierde facultades y se presentan dificultades para excretar. Cuando hay exceso ocurre lo contrario. Contribuye también a la estabilidad de la mente.

Agua (jala): En nuestro cuerpo la proporción de agua es del 70%. Este elemento lo encontramos en forma grasa, fluidos corporales, linfa, sangre, entre otros. Se le relaciona con el sentido del gusto, la lengua y los genitales Cuando hay escasez de agua en el cuerpo hay pérdida del sentido del gusto y reducción en la emisión de los genitales. Cuando aumenta, podría haber salivación excesiva y la producción de los fluidos de los genitales es mayor. Se le atribuye también emociones amables, cariñosas y compasivas.

Fuego (agni): Se le asocia con el calor, la luz y facilita la transformación. A nivel fisiológico, el fuego es responsable de la digestión. Se le vincula con el sentido de la vista y con los pies, así cuando el fuego incrementa se presentan ardores y enrojecimiento en los ojos y cuando disminuye hay pérdida de la visión. El fuego también es la energía que nos permite avanzar. Nuestra motivación y estímulo por movernos hacia adelante dependerán de la fuerza del fuego en nuestro organismo. Al fuego se le relaciona con la percepción, pues ilumina la verdad y despeja la mente.

Aire (vayu): Es la fuerza responsable del movimiento, una mariposa, un helicóptero, nuestras extremidades se mueven gracias a la fuerza del aire. Se le relaciona con el sentido del tacto. Así, nuestra sensibilidad en la piel dependerá del exceso o escasez de aire. Las manos también están asociadas a este elemento, de modo que la coordinación y la acción de coger y sostener objetos dependerá del nivel de aire en el organismo. Cuando es deficiente, perdemos esta capacidad. Cuando el aire es elevado podríamos perder estabilidad. En el cuerpo se le asocia con el movimiento de los impulsos nerviosos, de la respiración y de las extremidades. A nivel mental es responsable del movimiento de los pensamientos.

Éter (akasha): Todos los elementos se originan en el éter. Es la forma más sutil en que se manifiesta la materia y es imperceptible a los sentidos. Se le define como el espacio que todos los otros elementos llenan. Se relaciona con el sentido del oído y las cuerdas vocales, ya que es el elemento que hace fluir la expresión, comunicar nuestras ideas y escuchar a los otros. Cuando el éter aumenta nuestra audición también y viceversa. A nivel físico, se le relaciona con todos los tejidos que dan lugar a las cavidades y espacios en el cuerpo. A nivel mental se le relaciona con la conciencia.

Si bien los cinco elementos son manifestaciones palpables, esta teoría está orientada para que podamos comprender de manera simbólica el comportamiento natural de estas energías y las huellas de su desequilibrio en el organismo.