De niña me preocupaba por todo. A los 10 años, tenía unos dolores de estómago horribles. Tenía una intensa ansiedad escolar. Me sentía bien desayunando por la mañana, pero a la hora de comer, me iba a la enfermería y me tumbaba para tratar de lidiar con el dolor y el ardor de estómago. Después de varios años de este ciclo, mis padres me llevaron a un gastroenterólogo que me hizo una endoscopia que mostró varias úlceras de estómago. Eran bastante graves, y el médico me puso inmediatamente una medicación para bloquear la acidez del estómago. Nadie me preguntó cómo me sentía emocionalmente.
Nadie me preguntó por mi dieta. Parecía poco importante cómo me sentía por dentro. Nadie exploró cómo o bajo qué circunstancias se originaron estas úlceras estomacales. En contra de la idea de mi médico de que mis úlceras estomacales eran de origen desconocido, esas úlceras estomacales se originaron en mi mente preocupada e hiperactiva. La medicina occidental tiende a tratar los síntomas de la enfermedad, pero el Ayurveda trata a la persona en su totalidad.
El Ayurveda (sánscrito: “el conocimiento de la vida”), es un sistema médico de la India con 5.000 años de antigüedad que se sigue practicando en la actualidad. El objetivo principal del Ayurveda es mantener a la humanidad sana, en cuerpo y alma. El enfoque de ayurveda cree en el tratamiento de todo el cuerpo y la mente, devolviéndole su estado original de equilibrio y bienestar, lo que permite a la persona perseguir sus objetivos espirituales.
El Ayurveda para la sanación del la mente y el cuerpo, explica que todas las enfermedades se originan en el sistema digestivo. Nuestro fuego digestivo (sánscrito: agni) está en primera línea cuando se trata de nuestra salud general. Establecido en el momento de la concepción, todos los seres humanos tienen su propia constitución única o “creación original” (sánscrito: prakruti). Nuestro prakruti se compone de tres influencias gobernantes llamadas doshas: Pitta, Kapha y Vata.
Cada una de ellas tiene atributos o cualidades asociadas que influyen en los comportamientos dentro de nuestro cuerpo. Pitta, con el fuego y el calor, gobierna la parte inferior del estómago y el intestino delgado. Kapha, que representa la tierra y el agua, proporciona la estructura y el combustible para el fuego.
Vata, formado por el aire y el éter, proporciona el movimiento dentro del cuerpo y apoya la fuerza del fuego. En el momento de tu concepción, eras una combinación única de los tres doshas, y eso nunca cambia. Sin embargo, tu vikruti (sánscrito: “después de la creación”), o tu estado actual de equilibrio, sí cambia. Factores como las emociones, la edad, el clima, la estación del año, la dieta y el estilo de vida afectan al estado de nuestro vikruti. Cuando los doshas no están en equilibrio, como lo estaban en el momento de su concepción, la digestión se verá afectada, y esto a su vez afectará a otros sistemas de su cuerpo.
Según el Ayurveda, el sistema digestivo es como una hoguera que necesita combustible (Kapha), aire (Vata) y calor (Pitta) para digerir y absorber correctamente los nutrientes y construir tejidos sanos. Una perturbación en cualquier dosha afecta al poder de la digestión dejando residuos carbonizados (alimentos no digeridos). En el Ayurveda, estos residuos son una toxina (sánscrito: Ama). El Ama se convierte en el producto causante de la enfermedad en el tracto digestivo. Por lo tanto, es importante cuidar adecuadamente los tres doshas para mantener un equilibrio saludable del fuego digestivo.
Lo que tomamos a través de nuestros cinco sentidos (dieta, color e impresiones visuales, sonido, olores y tacto) tiene un impacto directo en el estado de equilibrio dóshico en nuestro tracto digestivo y en la salud en general. Además, las prácticas psicoespirituales como el yoga, la meditación, la atención plena, la compasión y el tiempo dedicado a disfrutar de la belleza a través del arte y la naturaleza contribuyen a nuestro bienestar general y a nuestro equilibrio dóshico.
Gracias al Ayurveda, he estado libre de enfermedades y dolores durante muchos años.